Sin ser una continuación formal, El Loto azul es una narración complementaria a Los Cigarros del Faraón. Un mensajero venido de China, busca encontrarse con Tintín en Rawhajpurtalah, pero es alcanzado por una flecha envenenada de radjaïdjah, el veneno que vuelve loco. No tiene sino el tiempo suficiente para pronunciar "Mitsuhirato".
Tintín parte en su búsqueda, pero sufre súbitamente varios atentados que fracasan. Habiendo quedado así convencido tras hablar con Mitsuhirato, de que un grave peligro acecha al Maharajá, embarca para regresar a la India, pero es secuestrado por Wang Jen-Ghié, un viejo hombre que combate el tráfico de opio. Wang será quién le explique quién es Mitsuhirato en realidad, y la situación del tráfico de opio en China.
Después de un atentado, Japón invade China y Tintín queda atrapado dentro del conflicto. Mientras tanto, le salva la vida a Tchang Tchong-Jen, un joven chino que se convierte en su amigo. Finalmente, consigue para bien, detener a la banda de traficantes de opio. Descubre también que el jefe de la banda es Rastapopoulos, hasta ahora tenido como amigo, curar al hijo de Wang de la locura y a hacer adoptar a Tchang por el mismo Wang. Con lágrimas Tintín los deja para regresar a Europa.
Publicado en 1936, El Loto azul es sin duda el volumen de Tintín más cercano a la actualidad de la época. En efecto, Hergé hace clara alusión a la invasión japonesa, sólo modificando algunos nombres. Es también el primer volumen en demostrar un verdadero cuidado en el realismo, habiendo recibido Hergé la ayuda de Tchang Tchong-Jen, joven estudiante de arte que le había sido recomendado.
Una profunda amistad une a los dos hombres y Hergé lo incluye dentro de su narración. A través largas conversaciones con Tchang, Hergé pudo adentrarse en el conocimiento de la cultura de China, alejándose de los tópicos sobre los chinos que tenían los europeos, absolutamente alejados de la realidad. La amistad con Tchang duraría toda la vida, tanto en la ficción como en la realidad. Este es el primer álbum que Hergé asumiría plenamente, y a partir de aquí se documentó siempre en profundidad sobre los países a donde tenía que viajar Tintín.
Una profunda amistad une a los dos hombres y Hergé lo incluye dentro de su narración. A través largas conversaciones con Tchang, Hergé pudo adentrarse en el conocimiento de la cultura de China, alejándose de los tópicos sobre los chinos que tenían los europeos, absolutamente alejados de la realidad. La amistad con Tchang duraría toda la vida, tanto en la ficción como en la realidad. Este es el primer álbum que Hergé asumiría plenamente, y a partir de aquí se documentó siempre en profundidad sobre los países a donde tenía que viajar Tintín.
La edición a color que nosotros conocemos data de 1946.